El proceso de expansión del Hinterland político-económico de Tenochtitlan


H. Alexander Mejía García


Cual nenúfares al viento los escudos giran, humeante sube el polvo,
el silbo de las manos repercute; aquí es México Tenochtitlan:
Es la casa de los escudos, el sitio de los dardos
la orden de los Águilas se extiende,
es la mansión de los tigres.1

Anónimo


En el presente artículo se explicará a grandes rasgos como el proceso de expansión del hinterland2 político-económico basado en la agricultura, el comercio, la construcción y la guerra, permitió que Tenochtitlan, luego de liberarse del yugo de Azcapotzalco, se convirtiera en la tercera ciudad más poblada del mundo a finales del siglo xv y principios del siglo xvi, solo por detrás de las ciudades de Pekín en China y El Cairo en Egipto.

No existe consenso sobre la fecha exacta de fundación de Tenochtitlan ya que esta se ha mezclado entre la realidad y el mito. ¿Quién puede señalar la fecha exacta de fundación de una ciudad como Roma? Diego Durán la ubica en 13183, el autor anónimo de Historia de los mexicanos por sus pinturas,4 la data en 1323 y Clavijero5 la señala en 1325. Todos ellos basados en los datos obtenidos de informantes o códices. No obstante, hay que señalar que luego de liberarse de Azcapotzalco, Izcóatl ordenó la quema de los documentos que relataban la historia de los mexicas y realizó una reescritura de los hechos que los llevaron a fundar su ciudad. “Las excavaciones arqueológicas en la Catedral de la Ciudad de México y en otros lugares han descubierto depósitos de cerámica de la fase Azteca Temprana (1100-1350) debajo de las ruinas tardías de Tenochtitlan. El material azteca temprano indica que la isla estuvo ocupada antes de 1325, lo cual contrasta con las narraciones indígenas. Esto sugiere que, bien los mexicas llegaron a la isla antes de 1325, o que otro grupo vivió allí antes de la llegada mexica en 1325.”6 ¿El águila devorando a la serpiente es tan real como la Luperca?

En el año de 1428 se desarrolló el conflicto armado que condujo a la caída de Azcapotzalco y su sustitución como la principal ciudad en ejercer la autoridad política, económica y militar en la cuenca. Los cronistas de indias relatan que en el último año de gobierno de Chimalpopoca (1408- 1427) inició una revuelta entre los mexicas, liderada por el hijo del tlatoani Acamapichtli (1336- 1387), Izcóatl (1387-1440), a la cual se sumaron varios de los señores tepanecas, principalmente los del señorío de Tlacopan. Además, se unieron los seguidores del legítimo heredero del trono acolhua, Nezahualcóyotl (1402-1472), quien había sido depuesto luego del asesinato de Ixtlilxóchitl (1351-1418), su padre, ordenado por Tezozomoc (1420-1426).7 Este suceso marcó el inicio de la formación de lo que al paso de las décadas se transformaría en el ente de poder dominante en el valle de México y la mayor parte del Anáhuac, la alianza entre las ciudades de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan.8

Mercaderes de plumas, ropas y metales, Código Florentino. Recuperada de Alamy

A lo largo del tiempo, la historia ha demostrado que ninguna ciudad o poblado de importancia crece o se desarrolla por sí misma. Una de las claves del progreso de un centro urbano reside en el dominio y mantenimiento de los centros productores que rodean los grandes núcleos de población. De esta forma, el crecimiento de una ciudad no radica esencialmente en la capacidad de sus guerreros o en la habilidad que estos posean para hacer la guerra. Una de las consecuencias imprescindibles del desarrollo urbano, no es solo la relación existente entre el campo y la ciudad, sino las relaciones que permiten a la ciudad desarrollarse gracias al abasto y mano de obra que el campo proporciona.9

Sin un campo fértil que pueda que sostener la demanda alimenticia, ninguna ciudad, a pesar de su poder, puede llegar a desarrollarse con las proporciones que llegó a tener Tenochtitlan. No obstante, la producción de la zona agrícola cercana a Tenochtitlan mantuvo los estándares productivos previos a su conquista, para entregar el tributo10 requerido y alimentar a la población local, no hubo un incremento en el rendimiento de las tierras cultivables. Tras la guerra de liberación contra Azcapotzalco, la Triple Alianza tuvo que asegurar su acceso a productos de primera necesidad, esencialmente alimentos, más allá de los que ellos mismos adquirían de la explotación del lago, aves, peces y demás animales acuáticos con los cuales comerciaban. Ya desde sus orígenes, el lago Texcoco, principal defensa militar de Tenochtitlan contra las agresiones de tribus enemigas, se convirtió a la vez en uno de sus principales obstáculos. La capital mexica se encontraba a merced del lago, la escasa agricultura que se llegó a desarrollar tenía como principal problema las crecientes de las aguas salobres. Por lo que, el comercio y la dependencia con los pueblos de las chinampas fue un asunto de primer orden

La zona agrícola más importante en la cuenca se encontraba al sur de Tenochtitlan, la región de las chinampas, en los lagos de Xochimilco y Chalco. 11 La construcción del nuevo poder hegemónico, requería el control de ambos lagos ya que esto permitía el acceso a los tan necesarios recursos alimenticios, así como las rutas comerciales con los valles de Puebla-Atlixco y las regiones de Cuauhnáhuac y las Amilpas. Mexicas y tlatelolcas eran conscientes de la pobreza del suelo en el que se asentaban sus ciudades, además de encontrarse a merced de las aguas del lago, al menos hasta la construcción del Albarradón de Nezahualcóyotl. “Los indios distinguían varios tipos de suelos: atoctli, o suelos fértiles aluviales; xalatoctli, o suelos aluviales arenosos; tetlalli, o suelos pedregosos; quauhtlalli, o suelos enriquecidos por árboles caídos; tlazotlalli, o suelos enriquecidos por hierbas caídas; y tlalauiac, o suelos enriquecidos por el estiércol.”12

Entre 1440 y 1463 se desarrollaron una serie de guerras de desgaste contra Chalco, que la historiografía recordaría como Xochiyáoyotl o Guerras Floridas. Los mexicas lograron hacerse con el control de la confederación. Luego de controlar el territorio chalca y el acceso a sus recursos alimenticios, la Triple Alianza, pero en particular Tenochtitlan, se convirtió en el ente político de mayor peso e influencia en el lago, no así en el ámbito económico-comercial. Ese espacio siempre fue de Tlatelolco. Desde 1473, año en que Tlatelolco fue conquistada por los tenochcas, hasta 1519 el valle de México experimentó un importante proceso de cambios, cuyo resultado fue el ascenso de los mexicas como la etnia dominante. No obstante, para mantener su estatus, la Triple Alianza tuvo que ampliar sus áreas de control, ejerciendo su dominio hacia los campos que los rodeaban y así tener acceso a los recursos necesarios para el sostenimiento de las principales capitales.

Aunque a menudo suele asociarse a cualquier metrópoli como ejemplo del desarrollo y crecimiento de una sociedad, en realidad estos complejos carecen de la capacidad para producir sus propios recursos. Hassig lo señala al asociar el expansionismo mexica con la búsqueda de recursos para la creciente población en de su capital. Toda ciudad, tanto en la antigüedad como en nuestra época es incapaz de sostener su producción alimenticia en los estándares necesarios como para mantener a los residentes permanentes, a los eventuales y crear reservas. De tal forma que una ciudad en expansión sustenta su crecimiento mediante el dominio de las principales zonas productivas, el hinterland político y económico.

El hinterland económico de Tenochtitlan utilizó todos los sistemas de cultivo a su alcance para acceder a los alimentos y así satisfacer las demandas de una población en crecimiento constante. Los variados sistemas de cultivo existentes en Mesoamérica repercutieron de manera importante en la explosión demográfica. No es de extrañar que las principales ciudades del valle de México se encontraran íntimamente ligadas a cuerpos de agua, lagos o ríos, lo que permitía que el hinterland pudiera desarrollar agricultura de riego altamente productiva. A mayor producción agrícola de las tierras que rodeaban una ciudad, era mayor su grado de urbanización. Cuando las zonas aledañas a los centros urbanos ya no pueden satisfacer la carga alimenticia que requiere una ciudad, la expansión hacia nuevas áreas se convierte en una necesidad para afianzar el dominio regional.

La adquisición de territorios mediante las armas tiene como objetivo principal el control de nuevas regiones agrícolas que suministren los productos que el hinterland nuclear es incapaz de proporcionar. El códice Mendoza nos permite conocer los procesos de guerra y conquista llevadas a cabo por los tlatoanis mexicas, a partir de Izcóatl, estas campañas fueron emprendidas esencialmente para abastecer a Tenochtitlan. El acceso a nuevos productos, trae consigo el mejoramiento en los sistemas de carga y transporte. Cuanto más eficiente es el sistema de transporte, mayor será el centro urbano y cuanto mayor es el centro urbano, el sistema de transporte se vuelve más eficiente.13 Por consiguiente mientras mejores sean los sistemas de transportes el hinterland económico, basado en la agricultura cuya importancia atañe no solamente a la vida económica, sino que a la totalidad de la cultura humana,14 pudo ser ampliado. Así la profesionalización de los tamemes permitió un mejor y mayor traslado de productos del hinterland económico a los centros políticos y comerciales.

De tal modo que las dimensiones de las hinterlands urbanas y por consiguiente del tamaño de una ciudad, quedan determinadas por la eficiencia de los cargadores de mercancías. Lo que permitió a Tenochtitlan crecer de la manera en que lo hizo, fue que su hinterland no se determinó por los límites de la ciudad con el lago. Por el contrario, este se encontraba íntimamente ligado a a eficiencia de su flota lacustre. Expandiendo el territorio de la ciudad, por lo que el hinterland urbano comenzaba solo hasta las costas del lago Texcoco, permitiendo un mayor alcance para el abastecimiento en todos los rubros que la ciudad requería. Aunque el principal medio de transporte de mercancías por tierra eran exclusivamente los tamemes, en el lago el uso intensificado de canoas, calculadas aproximadamente en 50 mil,15 potencializó la capacidad de Tenochtitlan para adquirir recursos.

El gran mercado de Tlatelolco, mismo que Bernal Díaz del Castillo comparó en tamaño con el de Medina del Campo en España,16 era instalado diario, por lo tanto, debía ser abastecido de igual forma. De esta manera, el ingreso, estancia y salida de cargadores de la ciudad hacia el hinterland se desarrollaba día con día. La existencia de un mercado permanente, aunado a una creciente demanda y altos precios en productos específicos, es un importante estímulo para el desarrollo no solo comercial, sino para la ciudad en sí misma. Gracias a la labor desempeñada por los pochtecas, los mexicas se hicieron con el control del hinterland económico que suministraba recursos de primera necesidad y de lujo. No obstante, Hassig menciona la existencia de un hinterland político de distintas proporciones. De tal forma que el político se traslapa con el económico, en algunos casos de menor tamaño, pero también puede ser de igual o mayor que el económico. Sus principales aportaciones consisten en impuestos y tributos que suelen consistir en mano de obra, aunque no necesariamente es una regla, estos eran asegurados mediante las guerras y la imposición de gobernantes afines a Tenochtitlan.

Fuente: Ross Hassig, Comercio, tributo y transportes. La economía política del Valle de México en el siglo xvi, Alianza Editorial Mexicana, México, 1990, p. 75

En conclusión, la expansión del imperio de la Triple Alianza se ejerció mediante el dominio político más que en el territorial. Podemos mencionar dos factores que permitieron el crecimiento demográfico de Tenochtitlan hasta convertirla en una de las ciudades más pobladas del mundo a principios del siglo xvi, con sus 300 mil habitantes, estos son: el control del hinterland económico que proporciona el suministro de alimentos y recursos básicos para la subsistencia de su población, con el cual la ciudad crea un vínculo de dependencia indisoluble. Así como el control del hinterland político que implica el territorio ganado mediante la guerra. No obstante, esto no implica el dominio del mismo sino más bien su tutelaje, pues al controlar el hinterland político, Tenochtitlan aseguró el suministro de fuerza de trabajo continuo. Estos jugaron un papel indispensable en la construcción de la hegemonía tenochca en Mesoamérica. Sin le domino del hinterland político y económico o la regulación de mercados y tamemes habría sido imposible establecerla.

A principios del siglo xvi solo dos ciudades en el mundo superaban la población de la capital mexica, ambas separadas de Tenochtitlan por más de 12 mil kilómetros. Pekín en China con cerca de 600 mil habitantes y El Cairo, en Egipto, con alrededor de 400 mil pobladores. Pero es importante destacar que para el siglo xvi, Pekín tenía más de 1000 años habitada. El Cairo por su parte, cumplía cerca de 500 años de ser fundada por los romanos. Irónicamente la ciudad más densamente poblada del Mundo Occidental, se encontraba fuera del occidente tradicionalmente conocido. Con un tiempo de vida mucho menor que Pekín o El Cairo, Tenochtitlan con 300 mil habitantes, era no solo la urbe más grande de América, sino que también del Mundo Occidental, superando en el mismo periodo de tiempo a las poblaciones de ciudades como Roma, Constantinopla, París o Londres en Europa, Agra en la India y Cuzco en el Perú. El auge y la explosión demográfica de Tenochtitlan sucedió apenas en un lapso de nueve décadas de desarrollo, mismo que solo fue interrumpido por el levantamiento tumultuario de los pueblos sometidos, o bien amenazados por la autoridad tenochca, en alianza con los castellanos, en lo que fue la Gran Alianza Antimexica.



Es egresado de la Licenciatura en Historia uaem (2014-2018). Ha sido asistente de Investigación del Dr. Enrique Semo Calev. También ha participado como ponente del seminario de Patrimonio Cultural de Morelos 2016-17. xxxix, xl y xli Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia 2016, 2017 y 2018; así como en el ii Congreso Nacional de Estudios Regionales y locales en el Sur de México (2017).



Notas

1 Román Piña Chan, Una visión del México prehispánico, unam, México, 1993, p. 240.

2 Hinterland: termino alemán, empleado en economía que significa las tierras que rodean una ciudad o la zona de las que esta puede abastecerse.

3 Diego Durán, Historia de las indias de Nueva España e islas de la tierra firme, Tomo ii, Porrúa, México, 2006, p. 55.

4 Anónimo, “Historia de los mexicanos por sus pinturas”, En: Anales del Museo Nacional de México, núm. 2, Tomo ii, Primera Época (1877-1903), México, 1882, Cap. 19, p. 98.

5 Francisco Javier Clavijero, Historia antigua de México, Porrúa, México 2009, p. 100.

6 Michael E. Smith, La fundación de capitales de las ciudades-Estado Aztecas: La relación ideológica de Tollan, p. 257- 290 En: Iglesias, Ponce de León, María Josefa, Andrés Ciudad Ruiz, Rogelio Valencia Rivera (coords.) Nuevas ciudades, nuevas patrias: fundación y relocalización de ciudades en Mesoamérica y el Mediterráneo antiguo. España, 2006, p. 271.

7 Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Obras históricas, Tomo i,unam, 1977, p. 438.

8 Eduardo Matos Moctezuma, Tenochtitlan, El Colegio de México/Fondo de Cultura Económica, México, 2006, p. 56.

9 Ross Hassig, Comercio, Tributo y Transportes. La economía política del Valle de México en el siglo xvi, Alianza, México, 1990, p. 13.

10 Enrique Semo, Los orígenes. De los cazadores y recolectoras a las sociedades tributarias, 22,000 a.C.-1519 d.C., en: Semo, Enrique (Coord.), Historia Económica de México, Tomo i i, unam/Océano, México, 2006, p. 221.

11 Tomás Jalpa Flores, La sociedad indígena en la región de Chalco durante los siglos xvi y xvii, inah, México, 2009, p. 59.

12 Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español. 1519-1810, Siglo xxi, México, 1967, p. 307.

13 Ross Hassig, op. cit., p. 33.

14 Bernal, Ignacio, Tenochtitlan en una isla, sepsetentas, México, 1972, p. 19.

15 Antonio de Solis, Historia de la conquista de México, Porrúa, México, 1997, p. 167.

16 Enrique Semo, La Conquista. Catástrofe de los pueblos originarios, Tomo ii, Siglo xxi/unam, México, 2018, p. 115.


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